Es muy frecuente encontrarse con informes de control de gestión y cuadros de mando en los que la cantidad de información es tan abrumadora, que el instinto natural es cerrarlo directamente sin poder ver ni un dato. Nos damos una segunda oportunidad y lo volvemos a abrir, pero no conseguimos más que mirar los 4 primeros datos, porque no le encontramos sentido, no sabemos cómo está calculado, y está definido por unas siglas que no sabemos a qué hacen referencia.

A muchos de nosotros nos ha pasado esto varias veces a lo largo de nuestro día a día, y finalmente una herramienta que parecía muy útil por la cantidad de información que nos proporciona, acaba en un escritorio olvidada, porque el comprender la herramienta, supone un tiempo que no tenemos, y por consiguiente, seguimos inmersos en nuestro día a día, con los mismos problemas de falta de información que siempre y con una inversión tirada, porque no hemos podido adaptarnos a la herramienta.

Desde LamData, tenemos como principal objetivo que las herramientas que proporcionemos a nuestros clientes no terminen como la mayoría, y realmente sea una inversión productiva y que podamos rentabilizar en el corto plazo, gracias a una toma de decisiones rápida, basada en información veraz y por encima de todo útil para el usuario final.

A la hora de enfrentarnos a una hoja en blanco y empezar a desarrollar un cuadro de mando para un área, es primordial que nos paremos a pensar y analizar la información de la que disponemos. A continuación, os queremos compartir la metodología que seguimos que seguimos desde LamData para elaborar las diferentes herramientas de control para nuestros clientes.

¿Cómo personalizamos LamData para tu empresa?

1º ¿Quién trabajará el informe?

El paso inicial es conocer quién será el usuario del informe, a quién va dirigida esa información y el nivel de detalle de la información, qué necesidades tiene nuestro cliente.

¿Necesita un informe con un detalle exhaustivo o por el contrario, necesita un reporte con ciertos KPIs que controlen su área?

2º ¿Qué KPIs necesitan?

Una vez que sabemos quienes van a ser los usuarios, necesitamos sentarnos con ellos y entender qué información necesitan conocer y cómo lo trabajan actualmente para dar respuesta a todas y cada una de las preguntas y que posteriormente esta se convierta en decisiones para mejorar su gestión.

3º Manos a la obra

Tras la recogida de toda esta información, necesitamos conocer en profundidad la información de la que disponemos, y cómo vamos a trabajarla para conseguir las respuestas idóneas, de la forma más eficiente posible.

Por último, nos pondremos a diseñar la herramienta, la cual debe de seguir un patrón de uso muy intuitivo, donde el usuario final consiga hacerse con la herramienta de forma rápida, y sencilla.

Nuestro objetivo final

Conseguir que la herramienta sea un facilitador de trabajo, y no un dolor de cabeza cada vez que el usuario se sienta frente a ella.